¿Sabías que el café y el tabaco Fuller maridan muy bien?
Pocas combinaciones despiertan los sentidos como la del café y el tabaco.
Ambos comparten un universo de aromas, texturas y matices que, al encontrarse, crean una experiencia sensorial profunda y equilibrada.
El secreto está en encontrar la armonía entre la intensidad del puro y el perfil del café.
☕ Equilibrio de sabores
Café oscuro:
Los cafés de tueste alto, con notas de chocolate, nuez y especias, realzan la riqueza de un puro con carácter.
Maridan a la perfección con un Sigaro Napoli o un Traviata, donde la fuerza del tabaco se equilibra con la intensidad del espresso.
Café suave y aromático:
Un café tostado medio, 100% arábica, ofrece un perfil más ligero y afrutado.
Ideal para acompañar un Cabo de Hornos, resaltando su suavidad sin opacar su elegancia natural.
🔥 Intensidad del puro
Puros fuertes:
Un Fidelio, pleno en sabor y cuerpo, necesita un café con la misma estructura: espresso intenso o blend de tueste oscuro.
El equilibrio entre ambos crea una experiencia envolvente y persistente en el paladar.
Puros suaves:
Para tabacos como Cabo de Hornos, un café de carácter medio o suave evita que los sabores se enfrenten.
El resultado es una sensación de armonía y calma, ideal para momentos de pausa.
🍫 Notas complementarias de sabor
Dulces y especiadas:
Cafés con matices de caramelo, vainilla o canela realzan las notas terrosas y cálidas de un Gran Toro.
Ácidas y afrutadas:
Cafés con acidez brillante y notas cítricas o frutales crean contrastes interesantes con puros más complejos como el Rigoletto, revelando nuevas capas de sabor.
🌅 Sugerencias prácticas
- Experimenta: Cada combinación revela matices distintos. Probar, comparar y disfrutar es parte del ritual.
- Crea el ambiente: Una mesa de madera, buena luz y silencio después de una comida convierten el maridaje en un momento casi meditativo.
Al final, el maridaje perfecto no se impone, se descubre.
Cuando un café Fuller se encuentra con un tabaco Fuller, nace un diálogo entre aroma y fuego, donde el tiempo se detiene y el placer se eleva.
Autor: Carlos Troncoso Fuller
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