¿Sabías de los taninos en el tabaco?
Los taninos son compuestos naturales presentes en el tabaco que desempeñan un papel fundamental en el sabor, envejecimiento y complejidad de nuestros puros Fuller.
Aunque invisibles al ojo, su presencia marca la diferencia entre un puro correcto… y uno verdaderamente excepcional.
Sabor y Astringencia
Los taninos son los responsables de esa ligera sensación de sequedad que se percibe al fumar un puro.
Esa astringencia, bien equilibrada, realza el cuerpo del tabaco y aporta una estructura firme al sabor, del mismo modo que lo hacen en el vino o el té.
Conservación y Envejecimiento
En el tiempo, los taninos actúan como antioxidantes naturales, preservando el tabaco y permitiendo que envejezca con elegancia.
Durante el añejamiento, se oxidan lentamente y reaccionan con otros compuestos, dando origen a sabores más suaves, redondos y complejos.
Gracias a ellos, un puro bien conservado mejora con los años, revelando matices profundos y armoniosos.
Interacción con Otros Componentes
Los taninos interactúan con los azúcares, aceites y proteínas del tabaco, modulando el sabor y el aroma final.
Esta sinergia es lo que aporta profundidad, textura y equilibrio al humo de un Fuller: un viaje de notas dulces, terrosas y especiadas perfectamente integradas.
Control en la Fermentación
Durante la fermentación, los taninos cumplen un rol clave: dirigen la evolución de los aromas y sabores del tabaco.
Una fermentación bien controlada permite que los taninos se desarrollen e integren de manera precisa, garantizando suavidad, pureza y carácter en el resultado final.
En Fuller Cigar, buscamos siempre el equilibrio perfecto de taninos: suficiente para dar cuerpo y carácter, pero armonizados para una experiencia sedosa, rica y memorable.
Cada hoja cultivada, fermentada y añejada lleva en sí el arte de esa alquimia natural.
Autor: Carlos Troncoso Fuller
www.fullercigar.com